Un ritual de sabores para quienes buscan lo extraordinario
Hay encuentros que no necesitan explicación, solo un poco de apertura. Así sucede cuando, tras la cena, alguien propone un Casafina Cristalino acompañado de chocolate 70% cacao.
El primer sorbo revela notas de almendra blanca, flores y vainilla sutil. El chocolate, en contraste, aporta amargura y profundidad. Lo que podría parecer opuesto se convierte en danza: texturas que se cruzan, sabores que se respetan.
Este maridaje no es para impresionar, sino para disfrutar con conciencia. Perfecto para una sobremesa íntima, donde el silencio es parte del ritual.
En CASAFINA, creemos que el lujo no está en lo predecible, sino en lo que sorprende con sutileza.